Bendito sea el Fútbol Para Todos que nos permite que el deporte que tanto amamos se juegue siempre... Sin importar nada, ni la lluvia, ni los truenos y mucho menos que los campos se transformen en piletas de natación que hace imposible que el público pueda disfrutar de un buen juego. San Lorenzo, en un espectáculo dantesco, venció a Boca por un claro 2 a 0.

En este caso, la pregunta no es si el “ciclón” hizo mejor las cosas para cosechar el triunfo y estirar la paternidad sobre el “xeneize” (72 partidos sobre 62 con 49 empates), sino que se adaptó mejor a las pésimas condiciones del terreno para festejar una victoria incuestionable al hacer el balance final.

La otra pregunta que muchos se hicieron es por qué los dirigentes de Boca no aceptaron suspender el encuentro tal como pretendieron los de San Lorenzo. Increíble si tiene en cuenta que los de Boedo no tenían nada que ganar y que los “xeneizes” debían afrontar el partido del año dentro de pocos días. ¿Por qué no aceptaron la propuesta? Nadie lo sabe.

En la cancha se pudo ver un equipo que llegaba totalmente golpeado, sin alma, y el otro, con ganas de seguir sumando triunfos -por más que haya presentado una formación alternativa- para llegar con la frente bien en alto al duelo revancha contra Cerro Porteño por la Copa Sudamericana. ¿El resultado? Boca le levantó el ánimo a este San Lorenzo que venía penando en el certamen doméstico.

El vencedor no hizo mucho para quedarse con la victoria. El planteo fue práctico. Néstor Ortigoza y Juan Mercier coparon la mitad de la cancha al rival y molestar con los desbordes de Gonzalo Verón y Julio Buffarini. Esa fórmula no la pudo mantener durante todo el primer tiempo, pero si la convirtió en exitosa en cinco minutos del complemento. A los 6’, Martín Cauteruccio abrió el marcador y a los 11’ lo cerró Verón. Boca, muy poco, casi nada. Recibió otro golpe innecesario a poco de jugar el partido del año.